Texto elaborado de manera cooperativa por la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado -COCETA- y su red territorial de organizaciones: ACEL, ANEL, ASESCAN, ASATA, COOPERAMA, CLAMCOOP, ESPAZOCOOP, FAECTA, FEVECTA, FCTC, KONFEKOOP, OWEN, UCOMUR, UCETA y UCTAIB. Noviembre de 2021.
Para las cooperativas de trabajo asociado, la igualdad real entre mujeres y hombres y la lucha contra toda forma de violencia que se ejerce sobre las mujeres es un objetivo irrenunciable. Por ello, en coherencia con estos compromisos, el movimiento cooperativo de trabajo de toda España une sus voces para denunciar la situación que sufren las mujeres en todo el mundo y reclama políticas transversales para su erradicación.
De esta forma, y en representación de más de 17.300 empresas cooperativas, alzamos la voz frente a quienes levantan la mano para maltratar o asesinar a una mujer y frente a quienes lo permiten, lo disculpan o lo maquillan. Asimismo, denunciamos la violencia estructural que sufren las mujeres en todos los ámbitos de la vida y exigimos el compromiso y la adopción de medidas en el plano individual, social y político para acabar con esta situación.
En torno a este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y fieles a nuestro espíritu de transformación social, a los valores que guían nuestro código de conducta y nuestras decisiones empresariales, como son la democracia, la igualdad, la solidaridad o la educación y formación, no nos conformamos con la situación de desigualdad que muchas mujeres padecen hoy día, y que, en demasiadas ocasiones, desembocan en situaciones de violencia y muerte.
En la concreción práctica del día a día, las cooperativas de trabajo ofrecemos un desarrollo profesional y personal dignos a quienes las integran, un bienestar que revierte en barrios, municipios y comunidades. Somos empresas que propugnamos la igualdad dentro y fuera del entorno de trabajo, empresas de personas iguales, con idénticos derechos y obligaciones. Por ello, contribuimos a empoderar a las mujeres a través de un proyecto laboral y profesional. Las mujeres cooperativistas, con un trabajo estable y de calidad, tienen más recursos para salir de una situación de violencia de género y desarrollan su faceta profesional en un espacio empresarial que ayuda a amortiguar las situaciones de injusticia que promueve del sistema patriarcal.
En este marco, mujeres cooperativistas de las diferentes Comunidades Autónomas, levantamos la voz para que la situación de violencia estructural que soportamos no caiga en el olvido: