Desde la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo (COCETA) solicitamos al Gobierno de España que tenga presentes las necesidades de las empresas a las que representamos a la hora de abordar medidas para minimizar el impacto del Estado de alarma provocado por la crisis del Covid-19. Comprendemos la situación y compartimos la urgencia de frenar los contagios para que el sistema no entre en colapso y salvemos el mayor número de vidas, por ello hemos trasladado a nuestras organizaciones todas las recomendaciones sanitarias y laborales, pero entendemos que el decreto ley aprobado este domingo debe acompañarse de las decisiones pertinentes que nos permitan salir de esta situación lo menos dañados posible.
Las cooperativas de trabajo somos en su mayoría pymes y micropymes, pero también grandes empresas industriales, y nuestras socias trabajadoras y socios trabajadores son cotizantes del Régimen General y/o del RETA. Somos empresas que, por nuestros valores, ponemos siempre a las personas en el centro, incluso por delante de los beneficios económicos, y hacemos “malabarismos” para mantener los puestos de trabajo, dando más del 100% en tiempos de crisis como el que en la actualidad atravesamos. De manera que las cooperativas de trabajo no podemos quedarnos al margen de procesos regulatorios, bonificaciones y/o incentivos que puedan promulgarse para empresas y/o personas y/o trabajadores, con independencia del Régimen de la Seguridad Social al que se encuentren adscritos.
Asimismo, las cooperativas de trabajo de los sectores más afectados por el cierre decretado por el Gobierno (en sectores como la cultura, la hostelería, los servicios…) han de ser contempladas como el resto de empresas como beneficiarias de las medidas paliativas, así como sus socios/as trabajadores/as, sean cotizantes a la Seguridad Social del RETA o del Régimen General.
Es por todo ello que esperamos que el Ejecutivo, que se ha mostrado desde el primer momento aliado de la Economía Social por entender que es la vía económica más justa y sostenible, facilite la supervivencia de las cooperativas de trabajo, que al final es facilitar el proyecto de vida estable, digno, sostenible y de futuro de unas 300.000 personas de forma directa, y otros 150.000 de forma indirecta.
Es en momentos como el actual cuando los valores más humanos del sistema se ponen a prueba y es responsabilidad de todas y todos no dejar a nadie atrás. El impacto económico de esta crisis va a ser brutal. Pero la economía sin las personas carece de sentido, por ello las medidas paliativas han de ser también sociales, dirigidas a las familias, a las personas. El modus operandi de las cooperativas de trabajo es ese, y estamos volcadas desde el inicio de esta situación con la salida menos dolorosa, para lo que necesitamos la colaboración de las administraciones.
