La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que estos días celebra su 76 edición en Nueva York, da un especial protagonismo al papel de las cooperativas en el desarrollo social, citando en uno de los informes (A/76/209) elaborados de cara a este encuentro internacional el ejemplo de la Corporación Mondragón -compuesta mayoritariamente por cooperativas de trabajo asociado y vinculada a COCETA a través de KONFEKOOP, su organización socia en País Vasco-. Un ejemplo “emblemático” de apoyo, “resiliencia” y “reconstrucción” a mejor.
El informe destaca la actuación del grupo cooperativo vasco durante lo más duro de la pandemia COVID19, aludiendo a cómo utilizó “sus fondos de reserva solidaria” para apoyarse mutuamente y “reasignó temporalmente a los trabajadores entre las cooperativas del Grupo para minimizar la pérdida de puestos de trabajo”.
“Gracias a una fuerte capitalización del grupo -continúa el texto que analiza la implementación de la resolución 74/119 de la Asamblea General-, están invirtiendo 1.500 millones de euros en tres grandes proyectos industriales, que generarán 5.000 nuevos puestos de trabajo. Esos esfuerzos están respaldados por un entorno normativo y legislativo coherente y de apoyo que ilustra el hecho de que las cooperativas necesitan políticas a largo plazo para prosperar y prepararse para las crisis antes de que surjan”.
Para la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado -COCETA-, y en palabras del presidente, Luis Miguel Jurado, “es importante que los distintos gobiernos tomen en cuenta las recomendaciones de un organismo internacional como es Naciones Unidas, apostando con políticas concretas por el impulso y fomento del cooperativismo como instrumento útil en la reconstrucción post pandemia. Desde COCETA y desde la entidades representativas del cooperativismo lo venimos defendiendo desde el principio de esta crisis. Que lo diga la ONU, sin duda, refuerza nuestro mensaje y respalda nuestros argumentos. Como dice el texto, un entorno jurídico propicio y favorable es de particular importancia para el crecimiento, el desarrollo y la sostenibilidad de las cooperativas. Ahí es donde las administraciones públicas tienen que hacer su función, para que proliferen experiencias como las de Mondragón que, desde luego, es un referente para la gran familia cooperativa y en el ámbito empresarial”.
De hecho, el cooperativismo de trabajo en España mostró su alta capacidad de resistencia y adaptación con una pérdida mínima de puestos de trabajo en 2020, e incluso creando tejido productivo en niveles cercanos a los años precedentes, demostrando que es un modelo de empresa flexible, pero que prioriza el bienestar de las personas y su entorno.